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Este proyecto surge a partir de una necesidad detectada en un grupo de estudiantes donde el factor de población migrante se vincula con la pedagogía, siendo una misión docente el poder ofrecer en el espacio de aula una ambiente inclusivo a las múltiples diversidades que día con día se van validando como derechos de una educación centrada en el estudiante, pero llevando de la mano los datos revelados en el diagnóstico que refleja una poca incorporación de esta temática en las actividades escolares, la necesidad del estudiantado de retomar su arraigo cultural y el poder dar un acompañamiento didáctico oportuno con estrategias pedagógicas que retomen la historia de vida de la familia y la comunidad de donde se es parte, así como el dar responsabilidad al centro educativo como un agente de transformación y proyección de cada persona estudiante en su desarrollo integral. La Escuela Holanda ubicada en Alajuela, es un ejemplo la multiculturalidad presente en los espacios escolares, el grupo de tercer nivel durante el año 2019-2020, poseía 7 personas que provenían de un núcleo familiar migrante. Este Trabajo Final de Graduación va dirigido a la articulación de procesos inclusivos de ese grupo de personas migrantes, en las actividades de mediación pedagógica denotando un rol docente activo para lograr integrar al currículo establecido algunos nexos culturales, familiares, históricos y sociales de las nacionalidades presentes, con el fin de que se tomara en cuenta esa diversidad mediante el desarrollo de talleres con estrategias creativas y concatenadas con las cuatro materias básicas, donde se dio la participación de todo el estudiantado. De esta manera se retoman las opiniones y la participación del estudiantado y sus familias antes, durante y después de la aplicación de los talleres. Este proyecto se realizó bajo un enfoque cualitativo, orientado hacia la investigación acción, con un trabajo de campo colaborativo entre la docente guía y la proyectista, unificando su formación pedagógica centrada en el pilar inclusivo para una mejor convivencia y una educación más humana. En este sentido, ambas proyectistas, los estudiantes del grupo y sus familias fueron los participantes del proyecto. El proyecto retoma de forma conjunta los principios básicos del apoyo familiar mismo que debe ser de un factor que el mismo docente pueda indagar y contextualizar para comprender la realidad inmediata del niño, de manera que logre redireccionar el cómo aprende mejor si es incluido por su individualidad. Para ello se destaca que ese papel de mediador es clave en la planificación de estrategias que le llamen la atención a todo el estudiantado, donde se promueva la creatividad, la escucha, el diálogo, el trabajo en equipo y la comunicación asertiva. Es así como se realizan nodos transversales a los indicadores planteados por el Ministerio de Educación Pública, de manera que se sigue avanzando en el cumplimiento de los planes de estudio, con la riqueza de que las actividades planeadas retoman la educación intercultural.
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