Las arañas del banano (Phoneutria spp.), las más temidas de Centro y Sur América

Las arañas conforman uno de los grupos más diversos del reino animal. Son depredadoras generalistas que nos brindan un excelente servicio en el control de las poblaciones de insectos. Pueden presentar tamaños que varían desde unos pocos milímetros hasta casi 30 centímetros y poseen la capacidad de p...

Descripción completa

Autor Principal: Peralta, Luciano
Formato: Artículo
Idioma: es_SV
Publicado: Universidad de El Salvador. Facultad de Ciencias Agronómicas 2024
Materias:
592
Acceso en línea: https://hdl.handle.net/20.500.14492/2250
Sumario: Las arañas conforman uno de los grupos más diversos del reino animal. Son depredadoras generalistas que nos brindan un excelente servicio en el control de las poblaciones de insectos. Pueden presentar tamaños que varían desde unos pocos milímetros hasta casi 30 centímetros y poseen la capacidad de prosperar en los hábitats más variados. A pesar de que todas las arañas (con excepción de las familias Uloboridae y Liphistiidae) poseen veneno para la captura de sus presas, solo unas pocas especies pueden provocar accidentes de consideración. Se conocen más de 43 mil especies de arañas descritas hasta la fecha, aunque se cree que podrían existir más de 170 mil. La Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoce como peligrosas para el hombre a las especies de 4 géneros: Atrax (3 especies, presentes solo en Australia); Latrodectus (31 especies, distribuidas en todo el mundo); Loxosceles (103 especies, distribuidas en todo el mundo) y Phoneutria (8 especies, de Centro y Sur América). Sin embargo, ellas solo representan una pequeña fracción (1/300) de la inmensa diversidad de arañas existente. Asimismo, es importante tener en cuenta que muchas de estas especies en muy raras ocasiones tienen contacto con el hombre, debido a que habitan en ambientes como selvas o cuevas. Al mismo tiempo, Latrodectus y Loxosceles son arañas extremadamente tímidas y muchas de ellas, por su pequeño tamaño, son incapaces de atravesar la piel humana con sus quelíceros.