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La migración es un tema sensible para muchos gobiernos. Es el punto por
la cual algunos partidos políticos han ganado o perdido elecciones y por lo tanto
muchos han resistido tomar acciones importantes a nivel internacional en este
ámbito. Como consecuencia las respuestas han sido predominantemente
enfocadas en el aspecto de la seguridad y la regulación. Sin embargo, la
creciente atención hacia un enfoque que construye un puente entre el concepto
de migración y de desarrollo, ha causado un replanteamiento de las discusiones
en gran parte del mundo.
Un primer paso en esta dirección fue la Conferencia de las Naciones
Unidas sobre Población y Desarrollo de Cairo de 1994. Desde esta ocasión el
tema ha sido incluido cada vez más en las agendas de foros, discusiones y
conferencias de las principales organizaciones internacionales. Incluso se ha
lanzado desde 2006 un Foro Anual Global sobre Migración y Desarrollo
organizado por las Naciones Unidas (Matsas, 2008).
Una razón para la expresada necesidad de integrar ambas políticas parece
ser el incremento enorme de las remesas en los últimos años (en algunos países
representan más de diez por ciento del PIB) y el eventual potencial que estas
pueden tener en políticas de desarrollo. Sin embargo es necesario reconocer
también el potencial de la diáspora en aportar de otras formas al progreso de
sus países de origen. (De Haas, 2006, p. 1).
Así el reconocimiento de la importante relación entre ambos conceptos ha
también generado nuevas oportunidades para la cooperación para el desarrollo,
al involucrar miembros de la diáspora. Un ejemplo de ello es la transferencia de
capacidades por medio del cual se puede aumentar el impacto de estos
programas en la práctica. Prueba de ello es el surgimiento de una serie de
proyectos desarrollados alrededor de este nuevo enfoque en diversas regiones
del mundo. El proyecto pionero fue sin duda TOKTEN (Transfer of knowledge
through expatriate Nationals), llevado a cabo por PNUD y lanzado en 1970.
Otros proyectos incluyen IRI (Iraqis rebuilding Iraq) también de PNUD, el
programa RQA (Return of Qualified Afghan Nationals) y la cual ahora es
reemplazado por PAEP-EU (Placement of Afghan Expatriate Profesionals from
the EU) entre otros. Sin embargo uno de los programas más prominentes es
MIDA (Migration for Development in Africa) de la OIM con actividades en varias
zonas del continente Africano.
Es por ello que en esta tesis se hará énfasis en este último,
específicamente en las actividades en la Región de los Grandes Lagos, la cual
comprende la República Democrática de Congo, Ruanda y Burundi. Así se
analizará en adelante la participación de la diáspora en Bélgica, proveniente de
estos países por medio de la transferencia de sus capacidades.
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