Joaquín García Monge: escritor, editor, pensador y humanista

Joaquín Monge nació el 20 de enero de 1881 y falleció el 31 de octubre de 1958. Realizó sus estudios primarios en la escuela de su ciudad natal Desamparados, los secundarios en el Internado del Liceo de Costa Rica y los superiores en el Instituto Pedagógico de la Facultad de Filosofía y Humanidades...

Descripción completa

Autor Principal: Mora Arias, Jaime
Formato: Artículo
Idioma: Español
Publicado: Centro de Estudios Generales, Universidad Nacional, Costa Rica 2023
Materias:
Acceso en línea: http://hdl.handle.net/11056/24727
http://dx.doi.org/10.15359/rnh.2-2.3
Sumario: Joaquín Monge nació el 20 de enero de 1881 y falleció el 31 de octubre de 1958. Realizó sus estudios primarios en la escuela de su ciudad natal Desamparados, los secundarios en el Internado del Liceo de Costa Rica y los superiores en el Instituto Pedagógico de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad de Chile. Fue escritor de cuentos y novelas, así como de numerosos artículos y cartas; editor por treinta y nueve años ininterrumpidos de la revista de alcance y cobertura continental Repertorio Americano en la que dio espacio a publicaciones de toda índole, más ajenas que propias, y desde la cual combatió con valentía las dictaduras de la época, lo que le granjeó numerosos enemigos; también fue editor de las revistas Ariel y El convivio. Desempeñó varios cargos públicos de relevancia, entre ellos Secretario de Instrucción Pública, Director de la Escuela Normal de Heredia y de la Biblioteca Nacional. A través de su obra literaria, función pública y vida en general, dejó clara evidencia de su identificación por las clases más pobres y marginados; de estrato humilde y comprensivo, nunca se avergonzó ni ocultó sus raíces. García Monge fue escritor, editor, humanista, latinoamericanista y patriota, también fue un ciudadano ejemplar, pero a pesar de todo esto, no fue profeta en su tierra. La crítica literaria de este país, con muy pocas excepciones, le regateó y le sigue negando sus excepcionales virtudes. La envidia, el desinterés, la indiferencia y la ignorancia que predominan en el costarricense, por poco lo sepultan en el olvido.