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La tuberculosis es una de las enfermedades más antiguas que afectan a los seres humanos, es una pandemia tan antigua como el hombre, y está aún lejos de ser controlada a nivel global. Es una de las enfermedades infecciosas más prevalentes en el mundo y uno de los mayores problemas de salud pública. Hacia fines de los años setenta la incidencia de la tuberculosis se aproximaba a cero en numerosas partes del mundo y muchos creían que la tuberculosis estaba por ser derrotada.
En 1993, en un paso sin precedentes, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró la tuberculosis una emergencia global y que un tercio de la población mundial está expuesta actualmente a Mycobacterium tuberculosis, además se produce una nueva infección por tuberculosis cada segundo, lo que conduce a nuevas infecciones por tuberculosis, lo que equivale al 1% de la población mundial por año. La epidemia de tuberculosis está creciendo y mata a alrededor de 2 millones de personas por año y además el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) contribuye significativamente a la propagación de la tuberculosis. Las infecciones recién adquiridas entre 2002 y 2020 se proyectan a 1,000 millones de individuos de estos, 150 millones se enfermarán y 36 millones morirán por tuberculosis.
En los países industrializados, el 80% de los casos ocurren en individuos mayores de 50 años; en los países en vías de desarrollo, el 80% de los casos ocurren entre los 15 y los 50 Años. Según la OMS, cerca de 2,000 millones de personas, un tercio de la población del mundo, han estado expuestas al patógeno de la tuberculosis. Sin embargo, no todas las infecciones por Mycobacterium tuberculosis causan la tuberculosis y muchas infecciones son asintomáticas.
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