Los ángeles visten de locos
Dicen que la vida es un respiro, y yo era asmático. Graciela era la vecina más alocada de todo el edificio, o al menos, la que más fama de loca tenía. Había otras, como la que quemó a su perro el día de San Lázaro, o la que salió en ropa interior en pleno aguacero de mayo, supuestamente a bañarse en...
Autor Principal: | Guillén, Dayana |
---|---|
Formato: | Artículo |
Idioma: | Español |
Publicado: |
Cultural Maga
2016
|
Materias: | |
Acceso en línea: |
http://revistas.utp.ac.pa/index.php/maga/article/view/681 http://ridda2.utp.ac.pa/handle/123456789/2779 |
Sumario: |
Dicen que la vida es un respiro, y yo era asmático. Graciela era la vecina más alocada de todo el edificio, o al menos, la que más fama de loca tenía. Había otras, como la que quemó a su perro el día de San Lázaro, o la que salió en ropa interior en pleno aguacero de mayo, supuestamente a bañarse en la playa. También estaba Paco, el mecánico de carros del segundo piso, que estaba construyendo una máquina del tiempo con las piezas inservibles que iba sacándole a los autos viejos. Pero la que más fama de loca tenía en ese conglomerado de 245 apartamentos de mala muerte, era Graciela. |
---|