| Sumario: |
En El Salvador, las causas predominantes de intoxicaciones en las áreas agrícolas, se atribuyen principalmente a plaguicidas, esto se ha puesto de manifiesto al revisar datos sobre intoxicaciones reportadas en el período 1982 - 1987 en 10 Hospitales y 2 Centros de salud a nivel nacional, los cuales reportan 2,386 casos de intoxicaciones provocadas por plaguicidas con una mortalidad del 11. 44%; 65.59% intoxicaciones de índole accidental y el resto de tipo suicida. Por orden de incidencia, el primer lugar de estas intoxicaciones fue provocado por plaguicidas, órgano-fosforados y en segundo término por carbamatos, coincidiendo estos datos con las diversas importaciones y su uso en el campo agrícola, ya que al considerar los datos reportados en 1987, las mayores importaciones fueron de 1,556,131.25 kg. para productos órgano fosforados y 154,416.04 kg. de carbamatos (11), utilizándose estos productos no solamente en cultivos como el algodón sino también en granos básico y cultivos hortícolas. Al igual que los datos aquí reportados, ésto es un problema que atañe a todos los países principalmente en vías de desarrollo, así puede citarse que en países como Costa Rica y Guatemala los plaguicidas inhibidores de colinesterasa (órgano-fosforados y carbamatos) son la causa de más del 50% de las intoxicaciones. Sin dejar de reconocer la utilidad y necesidad que los plaguicidas representan en la agricultura, considerados como arma poderosa y confiable para controlar las plagas, el hombre se va interesando cada vez más, respecto a los efectos en la salud que ocasiona el uso extenso e indiscriminado de ellos, deduciendo que estos efectos pueden ser producto de factores como es la ignorancia, deliberada o no, de los principios básicos más sencillos sobre su uso, unido a problemas educativos básicos como uso de técnicas inadecuadas de aplicación y medidas ineficaces de protección y prevención de accidentes. Como es casi imposible que se pueda prescindir de los plaguicidas, se necesita la implementación de un buen manejo de plagas dentro del cual se involucre no solamente el control de éstas sino que incluya la protección de la salud del trabajador agrícola. Por los motivos expuestos, se sintió la necesidad de realizar pruebas de inhibición de colinesterasa y detección de residuos de plaguicidas órgano clorados en aquellas personas mayormente expuestas al contacto con plaguicidas, residentes dentro del área piloto de Manejo Integrado de Plagas que supervisó el centro de tecnología agrícola (CENTA/MAG) durante la cosecha 1987/88, relacionando posteriormente estos resultados con los valores obtenidos a partir de 1982, año que se implementó esta supervisión para observar de esta manera, las diversas variaciones a través de los años en cuanto a contaminación por plaguicidas inhibidores de colinesterasa se refiere.
|