Retomando la Discusión sobre la propuesta del Área Cultural Ulúa Matagalpa

El actual territorio nicaragüense se encuentra localizado en un área geográfica privilegiada en el istmo centroamericano. Para comprender esta basta región histórica y su dinámica cultural y social, debemos de partir reconociendo en primer lugar que, nuestra extensión geográfica forma un corredor te...

Descripción completa

Autor Principal: Cruz Olivas, Uwe Paul
Formato: Artículo
Idioma: Español
Español
Español
Publicado: UNAN-Managua 2022
Materias:
Acceso en línea: http://repositorio.unan.edu.ni/17724/
http://repositorio.unan.edu.ni/17724/
http://repositorio.unan.edu.ni/17724/
http://repositorio.unan.edu.ni/17724/1/Portada.jpg
http://repositorio.unan.edu.ni/17724/2/arto3.pdf
http://repositorio.unan.edu.ni/17724/3/Licencia.png
Sumario: El actual territorio nicaragüense se encuentra localizado en un área geográfica privilegiada en el istmo centroamericano. Para comprender esta basta región histórica y su dinámica cultural y social, debemos de partir reconociendo en primer lugar que, nuestra extensión geográfica forma un corredor terrestre entre Suramérica y Norteamérica. Por eso es crucial determinar las influencias que sufrieron las culturas originarias, quienes convivieron en diferentes contextos históricos con los pueblos de la llamada Área Intermedia y Mesoamérica. El presente artículo parte del interés por continuar la discusión epistemológica desarrollada en la ciudad de Matagalpa, en el año 2014, cuando por primera vez en la historia, un grupo de investigadores y promotores culturales matagalpinos, tuvieron la valentía de proponerle al pueblo nicaragüense y a la Academia de Geografía e Historia del país, como a los investigadores nacionales e internacionales, la hipótesis arqueológica, histórica y antropológica de la denominada “Área Cultural Ulúa Matagalpa”, cuyas evidencias aparecen en las regiones remotas y en los grandes pueblos de la región Centro Norte de Nicaragua, sur de Honduras y oriente del El Salvador. Retomó la discusión conceptual siete años después, del primer congreso que conglomeró a más de 18 especialistas en la ciudad de Matagalpa, en arqueología, antropología, historia, lingüística y del cual existe un libro de memoria que alberga todas las inquietudes y sugerencias realizadas por los especialistas para construir de una mejor manera la propuesta de región histórica y sus posibles fronteras. Por nuestra parte, hemos desarrollado tres fases de investigación en los municipios de Wiwili y Bocay en Jinotega, dichos estudios nos permitó hacer un análisis más completo y profundo que se condensa en un segundo libro publicado, titulado Jinotega Multiétnica “Símbolos y Voces del Bocay al Wangky”, donde profundizamos en el reconocimiento de la propuesta de región histórica cultural Ulúa Matagalpa, desde un enfoque arqueológico, antropológico y etnohistórico. Este esfuerzo nos lleva a seguir indagando arqueológicamente la zona de amortiguamiento de la reserva biológica Bosawás, en el departamento de Jinotega, coronando un atrevimiento necesario que no se había hecho hasta ahora, para nosotros cada estudio aporta un grano de maíz, en la conformación de ese tejido cultural que necesitamos descubrir, asociar, comparar e incorporar a nuestras labores de investigadores permanentes, de interpretadores acuciosos, forjadores incansables en la búsqueda de una historia más integral, más completa, mucho más extensiva en el tiempo sin topes cronológicos, con una visión no sólo nacional sino regional. Los resultados de las investigaciones sobre los ejes de Tapaskun, Runfl in y Uluaskin concentra esfuerzos por continuar trabajando en el diagnostico arqueológico y etnográfico del departamento de Jinotega. También las excavaciones ejecutadas en las comunidades antes mencionadas permiten realizar asociaciones culturales a la prehistoria del norte de Nicaragua y por ende alimenta aún más la propuesta de Área Cultural Ulúa Matagalpa que, hasta el sol de nuestros días, sigue siendo una sugerencia aceptada entre la mayoría de los arqueólogos nicaragüenses y extranjeros, especialistas en las ciencias, quienes merecemos un segundo congreso arqueológico, donde podamos incorporar estos avances sustantivos.