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La Economía Feminista toma del feminismo las pretensiones de erradicar las construcciones
de género derivadas de la división sexual del trabajo y de reconocer la libertad de las mujeres
de “ser y hacer en todos los órdenes, fuera de relaciones de dominación” (Esquivel, 2012); y
toma, además, de la ciencia económica [hegemónica], sus herramientas, metodologías y objeto
de estudio. En ese sentido, “se encuentra en el cruce fértil y a la vez complejo entre feminismo
y economía” (Esquivel, 2012). Por lo tanto, hace de la autonomía económica femenina su más
preciada pretensión, en el entendido de que, para conseguirla debe cavar profundo y
transformarlo todo.
Es desde la Economía Feminista, como rama de la Economía Política, que la presente
investigación pretende analizar las condiciones de trabajo de las mujeres ocupadas en la
manufactura costarricense entre 2001 y 2019.
En correspondencia con sus objetivos específicos, este análisis consiste en: describir las
categorías “encierro”, “descrédito”, “explotación”, “marginalismo” y “exclusión política”, como
condiciones del trabajo femenino; determinar los aspectos sociales, económicos y políticos que
explican la prevalencia de estas condiciones; explorar la correspondencia entre la situación
observada para las mujeres trabajadoras y las políticas públicas aplicadas en Costa Rica; y
proponer lineamientos dirigidos a transformar las condiciones laborales de las mujeres
ocupadas en dicho sector.
La pertinencia de este estudio radica en explicar y proponer caminos (lineamientos) para
contrarrestar las condiciones de trabajo definidas y explicadas que evidencian la persistencia
de un contenido patriarcal al limitar el desarrollo de la autonomía económica femenina y,
consecuentemente, el desarrollo económico de la región latinoamericana.
Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) “la participación activa
y el poder de decisión de las mujeres en todos los ámbitos de la sociedad, es decir, el ejercicio
pleno de su autonomía constituye una condición imprescindible para el desarrollo y su
sostenibilidad” (2017, p. 7)
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