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El propósito de esta investigación fue analizar si, mediante la aplicación de juegos cooperativos, se fortalecen las interacciones sociales y la afectividad en niños y niñas de tres años. El tipo de investigación fue investigación acción con un enfoque cualitativo, en donde el proceso permitía la indagación de datos, aplicación de instrumentos y análisis de resultados de forma simultánea, según la flexibilidad que requiera el proceso. Se implementaron cuatro instrumentos: guías de preguntas de observación, registros de observación, fotografías y cuestionarios, los cuales permitieron obtener información precisa de las características que presentaba la población, para así poder diseñar y aplicar los talleres de juegos cooperativos que pudieran fortalecer las interacciones sociales y la afectividad; luego se analizaron y se determinaron los juegos que eran los que realmente fortalecían estos dos grandes aspectos del desarrollo socioemocional, y con ello, el logro de los objetivos planteados. En cuanto al análisis, la sistematización de los resultados se da desde el primer instrumento, el cual debía analizarse para poder diseñar el siguiente instrumento y así con todos los demás, de forma que cada uno forma una parte fundamental del proceso. Entre los principales hallazgos podemos rescatar que los y las participantes lograron interactuar más con sus compañeros, creando lazos de amistad, compartiendo y jugando de manera colectiva con otros. Se fortalecieron valores como el respeto, la perseverancia y el trabajo en equipo. Además, la autonomía y mayor independencia y desapego del adulto, para desarrollar capacidades como realizar quehaceres por sí mismo. Sin duda alguna, el juego cooperativo fue la herramienta ideal para mediar las interacciones sociales y la afectividad en los niños y niñas. Por lo tanto, se resalta la importancia de fomentar el juego cooperativo en las aulas de preescolar como parte de la jornada diaria.
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