Sumario: |
Los géneros cinematográficos posmodernos, sobre todo aquellos que procuran anular las distinciones discursivas entre la ficcionalidad y el discurso fáctico, en especial el falso documental y el filme-ensayo, han ingresado en la producción audiovisual costarricense de los últimos años. La región perdida, en particular, utiliza procedimientos regularmente asociados a estas dos categorías genéricas. El presente artículo pretende demostrar su condición de filme-ensayo. La intencionalidad principal de La región perdida es reflexionar sobre la imposibilidad que tiene el documental expositivo y el discurso histórico tradicional de certificar una ‘verdad’ única e irrefutable sobre el asesinato y legado del doctor Ricardo Moreno Cañas. Se interroga, en fin, sobre la capacidad demostrativa del discurso histórico, y defiende la legitimidad del discurso mítico a la hora de comprender su pervivencia en la memoria nacional.
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